viernes, 31 de octubre de 2008

Saetas macarenas (I)


De tanto gozo me llena
ver otra vez tu lucero
que ha merecido la pena
esperarte un año entero,
Esperanza Macarena.
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Cuando mi vista se lanza
a verte en busca de abrigo
tanta gloria se alcanza
que cada cosa que digo
es piropo a tu Esperanza.
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La primavera es estrena
con esa flor primorosa,
con esa bella azucena
que se hizo Esperanza hermosa
por la gracia macarena.
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Para tu gracia serena
piropos no necesito
¡Si Tú ya eres, por tan buena,
el piropo más bonito
Esperanza Macarena
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Se pone el alba mantilla
y canta la luna llena
cuando ven que por Sevilla
como un lucero brilla
la Esperanza Macarena
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Toda Sevilla en pleno
alzando su voz en grito
va diciendo, nada menos
que eres orgullo bendito
de tu barrio macareno.
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Si solo un piropo fuera
capaz de el dolor calmarte
para borrarte las penas
no dejaré de alabarte
¡Esperanza Macarena!
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Esther Barriuso Algar

miércoles, 29 de octubre de 2008

Mis cuentas del Rosario...


Bajo un malva terciopelo
de una tarde de octubre
su Gracia todo lo cubre
con un glorioso velo.
Acuna al Niño con celo
por ser Madre tan buena.
Y todos saben que suena
a fervor y a relicario
este rezo del Rosario
que es la Gloria macarena...

martes, 28 de octubre de 2008

Perfil de Sevilla


Allí, en su gloria cercana
entre gozos se divisa
el perfil de una sonrisa
en pena de sevillana.
Del perfil la gracia emana
y en dos láminas se deja.
En un cristal se asemeja
su hermosura por reflejo
Y su cara es el espejo
donde el pueblo se refleja.

lunes, 27 de octubre de 2008



















Desde aquel día, Señor,
que te vi por vez primera
supe de manos atadas
por la injusticia terrena.
Supe como nunca supe
como mirando siquiera
se da rostro a la Esperanza
y Esperanza a la Sentencia.
Desde aquel día, Señor,
que estos mis ojos te vieran
y vieran los tuyos tristes
pero diciendo: "no temas
que siempre que Tú me busques
en mi cariño lo encuentras"
supe y lo sigo sabiendo
que por mucha indiferencia,
que por mucha oscuridad,
por mucha angustia que hubiera,
por el mayor sufrimiento,
por más que el dolor lo quiera
tendré un motivo tan sólo
para confiar en ellas...
...en ellas...tu cara, tus manos,
tu mirada de inocencia,
las palabras que musitas,
tu soberana presencia
y sobre todas las cosas
la Esperanza en tu Sentencia.
Desde aquel día, Señor,
que te vi por vez primera...
cuando escuché entre silencios
y entre estruendos tu Sentencia,
cuando me puse un costal
para ofrecerte mis fuerzas,
cuando me puse coraza,
lanza, escudo y nagüeta,
o un capirote morado
o a revelarte mis penas...
supe entonces, bien lo sabes,
y que el mundo ya lo sepa
que donde quiera que esté
siempre que estés a mi vera
la Sentencia de mi vida
se dicta en la Macarena.

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